miércoles, 21 de enero de 2015

Mis mejores amigos

De pequeña siempre tuve la suerte de que en mi casa, nunca nos faltó de nada. Nunca fuimos ricos (en el sentido económico de la palabra) pero siempre fuimos felices.

Con esto del embarazo he descubierto que lo de los bebés es un verdadero negocio. Si no fuera por mi voluntad de hierro y mi pragmatismo, mi cuenta bancaria llevaría tiempo en números rojos. Es tan sorprendente como vergonzoso la de cosas innecesarias que los vendedores quieren hacerte creer que son indispensables.

En mi casa nos planteamos cada gasto muy seriamente, a fin y al cabo de una manera u otra ambos somos estudiantes y nuestros monederos no rebosan de billetes. La sillita del coche y la cuna han sido comprados de segunda mano (como lo serán también el cambiador y resto de mobiliario necesario). El cochecito combi, bañera y una sillita de bebé (estilo mecedora) han sido herencias recibidas con los brazos abiertos de una conocida. La mochila y la mayoría de la ropa que tenemos han sido regalos de familia y amigos. Al fin y al cabo, ¿cuánto tiempo van a servir todas esas cosas? 

Dicho esto, hay cosas que en mi opinión sí son necesarias y en las que vale la pena invertir. Son lo que en inglés llamaríamos, mis must-have

1. Ropa premamá. En mi caso, fue también heredada. De una desconocida que puso un post en una página en internet, ofreciendo su ropa. Al fin y al cabo, ella no pensaba usarla más. Yo además me hice con un par de vestidos oversize de H&M y mi familia me regaló un par de cosillas también. Los pantalones suelen ser carísimos, pero yo nunca olvidaré la sensación de quitarme mis pantalones de diario - que ya me apretaban - y enfundarme en esos jeans de premamá con banda elástica cubriendo la barriga. Sin botones, sin presiones. Maravilla. 

2. Ropa interior. A mis 26 semanas de gestación, yo sigo usando mis braguitas de siempre. Compré un par de braguitas y fajas que aún no he probado, asi que no puedo opinar. Pero lo más importante son los sujetadores y tops. Los primeros meses el pecho está tremendamente sensible y a mí me hizo falta sujección noche y día mientras mis copas Cs se volvían Ds. A estas alturas lo llevo mejor, sobretodo por las noches, pero aún así vale la pena invertir en sujetadores que, como su nombre indica, sujeten. Mejor si son de lactancia, porque así se pueden usar después también - asumiendo que una opte por esa opción. Eso sí, ojo con volverse loca el primer trimestre, porque a medida que avanza el embarazo va a haber que hacerse con tallas más grandes.

3. Almohada. Mi super mejor amiga. A mí me encanta dormir, pero a partir del segundo o tercer mes empecé a tener muchos problemas para encontrar la posturita. Leí que era bueno ponerse un cojín entre las rodillas, para no forzar la espalda. Luego leí que también iba bien reposar la barriga en otro cojín (sobretodo cuando empieza a crecer). El caso es que con tanto cojín a mi alrededor era un verdadero problema darse la vuelta y cambiar de lado. Entonces, llegó mi cumpleaños y el primer artículo en mi lista era una almohada especial para embarazadas. Y me cambió la vida. La mía en concreto, para que os hagáis una idea, es esta (la de la foto no soy yo, es de una tienda online):




4. Calzador. Parece una tontería, pero para mí no lo es. En mi casa los zapatos se quitan al llegar, con lo cual uno puede acabar teniendo que calzarse y descalzarse varias veces al día. Uno de estos va de perlas cuando una empieza a no poder doblarse mucho:

5. Hidratante corporal. Ya sea crema o aceite, es esencial. Y no he dicho antiestrías, he dicho hidratante. La mayoría de estudios más científicos aseguran que las estrías no se pueden prevenir con garantías. Gran parte de su aparición se debe a la genética, y contra eso no hay nada que podamos hacer. También se dice que las cremas hidratantes tampoco ayudan puesto que solo actúan en las capas superiores de la piel,  pero qué queréis que os diga... daño no van a hacer. Además, ayudan a aliviar los picores que pueden aparecer cuando la piel se va estirando y estirando. Yo alterno una crema normalita del super, con aceite de almendras y de oliva, con un aceite corporal de Le Petit Marseillais, que huele fantásticamente.

6. Pastillas antiácido. Algo que sea compatible con el embarazo. El reflujo gástrico. Uno de los muchos síntomas (como la congestión nasal) que a la gente se le olvida mencionar en los panfletos. A medida que los órganos internos se reorganizan para dejar paso al creciente útero (es decir, que se arrejuntan todos en el mínimo espacio posible, debajo de las costillas), el estómago queda cada vez más cerca del esófago y bueno... que no es agradable, vamos. Ahí dejo el aviso.

7. Libros, libros y más libros. Los libros recibirán un post individual, porque es importante. En internet se leen muchas (demasiadas) cosas, pero es difícil juzgar la veracidad de las fuentes. Por eso, un libro que ha sido publicado y criticado por expertos y lectores, es la mejor opción para estar informada de lo que haga falta. No os engañéis, cuanto más sepáis más preparadas estaréis para lo que venga. Aunque luego haya que improvisar porque cada mujer y cada embarazo es un mundo, es mucho más fácil hacer frente a las cosas cuando se conoce su existencia.


Y creo que hasta aquí el post de hoy, que ya se ha alargado mucho. Espero que al menos a alguien le sirva de algo :)






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