A día de hoy, esa época nos queda (por suerte) muy atrás y ya hace mucho tiempo que mamuchi disfruta de ser mamá al 200%. Y es que si una se fija en las pequeñas cosas, es fácil ver que ya no sólo hay necesidad, sino que también hay amor. Yo se que mi peque me
- La voy a despertar por la mañana y al abrir los ojos y verme allí se le dibuja una sonrisa enorme en la cara.
- Me busca para jugar. Ella puede jugar sola y se entretiene con casi cualquier cosa, pero con mamuchi todo es mejor.
- Me llama y me hace señales para que la coja en brazos cuando me ve llegar a recogerla.
- Se calma en mis brazos cuando se encuentra mal, tiene sueño o está cansada.
- Viene a donde yo estoy y me abraza, porque sí.
- Intenta imitar las cosas que digo o hago.
- Ríe descontroladamente cada vez que le hago cosquillas.
- Si estamos comiendo juntas y le cojo algo de su plato, a menudo se saca la comida de la boca con la mano y me la ofrece (y si me acerco intenta ponérmela en la boca). Asqueroso, lo sé, pero ¡muero de amor!
Cada vez que me mira y sonríe, cada vez que me llama, cada vez que me tiende la mano. Incluso cuando está enfadada y gritando y aún así deja que la rodee con mis brazos. Cada vez que pide sentarse a mi lado.
Cada día, muchas veces.
No dejeís de disfrutar todas estas cosas.
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