Ayer fuimos de boda con la peque por segunda vez. Ella y Zacharias (un bebé un mes mayor que el troll) eran los únicos peques presentes y mi muffin se portó requetebien. ¡Cómo se llena una de orgullo en esos momentos!
En la iglesia estuvo bien calladita, y durante la recepción y la cena estuvo a ratos despierta y a ratos dormida. Esto último es un lujo teniendo en cuenta la cantidad de ruido que había en la sala. El pobre Zach no pegó ojo, aunque sus padres (sentados a nuestro lado) se fueran turnando constantemente para intentar dormirlo o calmarlo.
No fue del todo fácil, pero tampoco dramático. La verdad es que tenemos mucha suerte y nuestra niña es (por el momento) muy buena. Ahí está ahora, dormidita en el sofá.
Y hablando con la mamá del otro peque, me contaba como hubo un par de semanas en que el chiquillo se desarrollaba a pasos agigantados. De un día para otro pasaban mil cosas.
Creo que nosotros estamos ahora en ese momento. Aquí los llaman tigerspring o salto de tigre, y el tercero suele pasar sobre las 12 semanas, i.e. ahora. El otro día hablaba de que se lleva cosas a la boca y cada vez lo hace más (también suele llevarse las manos a la boca, las dos a la vez con los puños cerrados). Reacciona a otros juguetes en general y está mucho más activa, expresiva y curiosa.
Pero lo que me tiene más feliz es, señoras y señores, la cabeza. Cada día se le da un poquito mejor (ojo, poquito a poquito) aguantar la cabeza, al menos en vertical. Si me la echo al hombro para eructar, sube la cabezita solita. Si la aguanto vertical, aguanta la cabeza erguida.
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Aquí un Loki bobblehead |
Para ser totalmente sincera, todavía es un poco bobblehead
(como los monigotes esos que la gente a veces tiene en los salpicaderos del coche) pero ¡por lo menos va avanzando!
Papuchi y yo tenemos la esperanza de que en un mes más (para cuando viajamos) la peque ya tendrá mucho más control y será más fácil de manejar - como el pequeño Zacharías, que no necesita ningún tipo de asistencia y aguanta su cabeza bien erguida a todas horas. Sí, ya se que cada bebé es diferente y va a su ritmo, pero a girl can dream.
En otro orden de cosas, me he enamorado de los juguetes de Lamaze. Tanto, que estoy a la caza y captura de alguno que otro (es duro decidir pues hay muchos monísimos). Los diseños son geniales e incluyen cantidad de texturas, sonidos, materiales y colores brillantes.
¡Estimulando los sentidos a tope!
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