Hoy ha sido la primera reunión del Mødregruppe, ese grupo de madres recientes y vecinas, y han venido a casa.
Humildemente he hecho sitio para todas las mujeres y sus bebés en sus respectivas cestas y la verdad es que ha ido bastante bien. Yo personalmente he hablado poco y mal (aún me cuesta bastante expresarme en el idioma local, sobretodo en temas tan personales) pero he escuchado atentamente. En el grupo hay un poco de todo y eso que sólo somos seis: madres solteras, niños sorpresa, un par de gemelos, madres que dan el pecho, madres que han dado fórmula desde el día 1, madres que tuvieron un parto facilísimo y otras que acabaron con cesaria. Una fantástica variedad que aporta una diversidad de experiencias de mucho valor. Ha habido lágrimas y risas, ha habido preguntas y comentarios y todo el mundo se ha sentido suficientemente cómodo para abrirse y desahogarse.
No se puede pedir más.
La semana que viene volvemos a vernos, esta vez en casa de otra de las chicas (con gemelos y el marido ya trabajando... increíble). A mí una vez por semana me parece un poco demasiado, pero principalmente porque me cuesta el idioma. En realidad, es buena práctica así que tampoco me voy a quejar.
Seguiremos informando.
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