Por un lado, soy afortunada porque:
1. Tengo a mi marido a mi lado, lujo que no todo el mundo disfruta.
2. Mi peque es más buena que el pan.
Aún así, un bebé es un bebé y el troll en concreto sigue bastante enmadrada (es la edad) y eso de llegar a casa y que mamuchi esté en la cama es una gozada - porque normalmente la peque está sola con papuchi un par de horas hasta que mami llega (cansada de trabajar) y se pone a jugar con ella.
Da igual que mami tenga mocos, se levanta de la cama igual. La peque solo tiene que hacer la croqueta un poco por encima de la cama, trepar por aquí y por allá, hacer un par de arrumacos y luego
Ahora mismo la estoy oyendo parlotear desde su cama. Está cansada, quiere dormir, pero no quiere dormir. Porque es de día y de día hay que jugar. Lo que me recuerda que tengo que comprar cortinas más opacas antes de que llegue el verano o aquí no dormirá nadie.
Es duro estar enferma y tener que seguir al mismo ritmo. Papuchi tampoco está muy fino, así que ninguno de los dos está al 100%.
Y ahí queda mi ratito de descanso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario