martes, 31 de marzo de 2015

Clase de preparación al parto - Parte I

Aquí donde vivimos, parejas que están esperando su primer bebé son ofrecidos dos sesiones gratuitas de clases de preparación al parto. Hoy hemos ido a la primera (a las 8 de la mañana, ¡apuf!!).

Ha sido interesante ver a otras mujeres internacionales (la clase era en inglés) embarazadas, aunque casi todas tenían fecha prevista de parto para finales de mayo (excepto una chica que se supone va a dar a luz en 6 días).

Yo que soy una persona a la que le gusta tener el control de las cosas, he leído bastante sobre embarazo y parto. La verdad pensé que había leído relativamente poco (aunque delicadamente seleccionado), pero comparada con la gente que había hoy allí soy toda una experta en el tema. No me cabe en la cabeza, como gente puede estar a 8 semanas de dar a luz y no saber ciertas cosas... pero bueno, cada uno a lo suyo. Incluso papuchi ha dicho que la primera parte de la sesión ha sido un poco inútil para nosotros (¡y él sólo ha repasado lo que yo he estado subrayando en mis libros!).

Esa primera parte ha sido sobre la fisiología del parto. Qué pasa, cuando pasa, cuáles son las fases... etc. Otra cosa que me ha sorprendido ha sido lo callada que ha estado la mayoría de la gente. ¡Yo tenía infinidad de preguntas, sobretodo en la seguna parte! Pero al final una se siente mal siendo la que siempre levanta la mano con una duda o una aclaración. Así que alguna que otra cosa ha quedado en el tintero.... y ya la preguntaré en mi próxima sesión con la comadrona.

Después de la pausa, hemos hablado un poco de respiración y ha enseñado algunas técnicas de masaje muy interesantes.  

Lo que sí me gusta es la política de este hospital. Una comadrona por mujer en parto, así que atención no falta. Y nada de médicos a no ser que sea necesario hacer alguna intervención. Son las comadronas las que se encargan de todo, y siempre optan por las opciones más naturales antes de pasar a medicación de cualquier tipo. Ofrecen también acupuntura para mitigar el dolor (que yo con mi aversión a las agujas creo que no usaré), y algunas también saben algo de hipnosis (no del tipo en que te pones a cacarear como un pollo). Hay masajes, bañera, y algo raro en que te inyectan unas burbujitas de agua debajo de la piel y que tambien quitan el dolor durante un par de horas (hasta que el agua es absorbida por el cuerpo). Hay opciones. Lo cual está muy bien.

Si una quiere optar por algo más médico, también tienen una mezcla de gas nitroso/oxígeno, que se puede usar para despistarse en la peor parte de una contracción. Ofrecen anestésicos más locales, inyecciones, bloqueos...

**Aviso, el siguiente párrafo puede resultar demasiado gráfico para algunos**

Por ejemplo, he aprendido que hay algo llamado el bloqueo del nervio pudendo, que es un nervio que está en el coxis y ennerva la zona de los genitales (tanto masculinos como femeninos). Básicamente, te duermen el nervio a través de la vagina, y dejas de sentir nada en la zona de salida, por ponerlo de alguna manera (¡ojo! que esto no ayuda con las contracciones y es sólo para cuando el bebé está coronando).
Gente que tiene pánico a todo el proceso de dilatación de la salida vaginal a veces opta por esta opción. La otra cara de la moneda del no sentir nada es que también pierdes parte del instinto de empujar, con lo cual el bebé a veces necesita asistencia para salir (con ventosa, aquí no usan fórceps). Además, como no sientes dolor, eres incapaz de controlar la presión que ejerces en el perineo con lo cual puedes acabar con laceraciones muy importantes porque literalmente no te enteras de que estás desgarrándote los bajos.

**fin del párrafo gráfico**

Esta cara oscura de la moneda es común a la tan aclamada epidural. Nos han enseñado un video muy detallado del proceso (que yo no he visto, porque paso de ver una aguja del tamaño de mi dedo índice insertada en el espacio intervertebral) y explicado los pros y contras. Yo perdí la cuenta de cuántas veces papuchi me iba diciendo por lo bajo "nada de epidural, a ti eso no te lo ponen".
Primero está claramente el hecho de que tienen que perforarte la espalda mientras tu estás sentadita con la columna encorvada (que aunque te pongan anestesia local... placentero no va a ser). Esto provoca dolores de espalda después del parto que pueden durar días, semanas o (en casos raros) meses.
Aparte, los anestesistas son muy buenos en lo que hacen, pero en un pequeñísimo porcentaje de casos, se perfora la membrana duramadre (en la columna) y se produce una fuga de líquido cerebroespinal. El resultado es un terrible dolor de cabeza para la madre, que sólo se puede solucionar reemplazando ese líquido perdido en la columna por una fracción de sangre de la mamá.

Con la epidural haciendo efecto, la comadrona tiene que vaciar tu vejiga cada dos horas con un catéter, porque no tienes la sensación de hacer pis ni pos. Algo que iba a preguntar pero no hice es si se puede comer o beber durante el parto con epidural, pero he leído que no (por los motivos anteriores).

Porque la epidural relaja los músculos abdominales (incluídos los uterinos), a menudo es necesario inducir contracciones más potentes vía medicación (i.e. más drogas). Y porque baja la presión arterial, te instalan un catéter intravenoso para ponerte suero y se monitoriza el ritmo cardíaco del bebé de manera constante (con un cinturón alrededor de la barriga); i.e. menos mobilidad.

A la hora de empujar lo ideal es que la epidural no afecte a la zona de la pelvis y al conducto vaginal (y así poder sentir las contracciones y el descenso del bebé), pero porque el anestésico puede afectar diferente a personas diferentes, se puede dar el caso de no sentir nada hasta los muslos. Entonces volvemos al problema de no poder dirigir el esfuerzo o la intensidad del empuje y no notar los desgarros que se puedan producir (que en caso de sentir el dolor, siempre puedes dejar de empujar y dar tiempo a los tejidos para que den de sí de manera natural). Aquí la comadrona por supuesto ayuda con esto y te puede decir que pares de empujar o que sigas empujando, pero... no es infalible. 

También es común tener que asistir la salida del bebé con ventosa (lo cual hace un médico). Si hacéis una búsqueda rápida en Google de bebés que han nacido ayudados por ventosa, veréis que por mucho que digan que la deformación de la cabeza se irá por si sola en unos días... bueno, yo prefiero que mi hija nazca por si sola, considerando lo blandito que es su cráneo ahora mismo.

Atención que con esto no pretendo atacar a las mujeres que por un motivo u otro optan por una epidural - aunque intuyo que las que la piden desde el comienzo no deben conocer la cascada de intervenciones que se desencadena. Yo misma puedo acabar siendo una de esas mujeres, quién sabe. Lo que tengo muy claro es que antes de pedirla, voy a agotar todas y cada una de las otras posibilidades: respiración, visualizaciones, masajes, relajación, aromaterapia, cambios de posición, música, ducha/bañera, gas, incluso acupuntura, si me apuran (aunque el hecho de que te dejen las agujas puestas me hace temblar solo de pensarlo).

Lo más importante de todo es ir tranquila y saber que tu cuerpo está diseñado para esto. El miedo paraliza y crea hormonas que van en contra del proceso. Y la verdad es que por ahora estoy muy relajada. Suena a locura, pero tengo muchas ganas de que llegue el día (entre otras cosas porque veremos al pequeño troll y ya no estaré embarazada, ¡we!). Estoy hasta ansiosa, como imagino los atletas están antes de una competición importante, sabiendo que va a ser agotadora pero va a valer la pena. 

Mi único miedo son las complicaciones. Que el baby esté en una posición que dificulte las cosas (posterior, de nalgas), que haya meconio en el líquido amniótico y no pueda tener parto en el agua, que me digan que tienen que hacer una cesaria de emergencia... esas cosas me aterran. Pero de entrada, si todo va bien, el dolor no me asusta (ilusa de mí). 
Además sé que voy a tener el mejor apoyo del mundo mundial.









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